LA TIENDA DE INFORMATICA

 

Era una tarde tranquila en la tienda de informática "TecnoMundo", hasta que un hombre entró acompañado de su perro, un labrador con cara de travieso. Mientras el hombre examinaba cables y teclados, el perro decidió que era el momento perfecto para dejar su "marca" en el suelo reluciente de la tienda.

 

El dueño de la tienda, un hombre de bigote impecable y paciencia limitada, se acercó furioso. "¡Esto es inaceptable! ¡Recoja eso ahora mismo!" exclamó, señalando el desastre.

 

El cliente, con una calma digna de un monje tibetano, respondió: "Pues mire, como la tienda es suya, creo que le toca a usted."

 

El dueño, rojo como un tomate, amenazó: "Si no lo recoge, llamo a la policía."

 

El cliente, encogiéndose de hombros, replicó: "Llame si quiere, me importa un pimiento." Y se dirigió hacia la puerta con la intención de salir. Pero el dueño, demostrando habilidades dignas de un portero de fútbol, bloqueó la salida desde el mostrador.

 

"¡Está encerrado hasta que recoja eso!" gritó. El cliente empezó a protestar, pero el dueño ya estaba marcando el número de la policía.

 

Minutos después, dos agentes entraron en la tienda. Uno de ellos, con una mirada seria, dijo: "Señor, o limpia la mierda o se viene con nosotros detenido."

 

El cliente, finalmente, aceptó su destino. Con un suspiro profundo y una bolsa en mano, se agachó para limpiar el desastre mientras el perro lo miraba con una expresión que parecía decir: "¿Qué? Yo solo quería dejar mi huella."

 

Y así, la tienda volvió a la normalidad, aunque el dueño decidió que, a partir de ese día, pondría un cartel en la puerta: "Prohibido perros con ideas creativas."

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